Ya hay un chivo expiatorio: el Banco de España. El regulador es el responsable último de la crisis de bankia, la dimisión de Rodrigo Rato, la nacionalización de parte de la entidad por el Gobierno. Este es el mensaje que circula en el PP, cuyos dirigentes hoy han lanzado críticas más o menos discretas al gobernador,Miguel Ángel Fernández.
La secretaria general, Dolores de Cospedal, ha evitado en todo momento referirse directamente a las «responsabilidades» de la gestión y ha remitido a una explicación del Ejecutivo, que mañana aprobará la reforma del sistema financiero, y que todavía no ha llegado. «Creo que es el Gobierno el que tiene que explicar la nacionalización», ha asegurado tras la presentación de una campaña del partido para ayudar a explicar los recortes.
La número dos de Génova se ha limitado a defender la nacionalización de Bankia como la mejor opción para los inversores y ha evitado ahondar en la valoración de esta decisión, aunque ha admitido que «Rato asumió la dirección de Bankia en un momento complicado tras una gestión muy importante”,en referencia a la herencia de la etapa de Miguel Blesa, y se le pidió un «esfuerzo de dejar el testigo», confirmando así la petición del Gobierno.
Pese a esa prudencia y al miedo a difundir públicamente un discurso contradictorio frente al del Gobierno, todos los mensajes en el PP defienden la operación apuntando a la responsabilidad del regulador por forzar a Rato a la fusión de Cajamadrid con Bancaja. Lo ha dicho claramente el portavoz del PP en la comisión de Economía del Congreso, Vicente Martínez Pujalte, quien ha acusado al Banco de España de «obligar» al expresidente de Bankia a hacerse cargo de la entidad valenciana con datos que «a lo mejor no eran exactos» y sin ningún tipo de esquema «de protección de activos», informa Efe. La sensación, en cualquier caso, es la de haber dado el primer paso para la sustitución de Fernández Ordóñez, nombrado por el Gobierno de Zapatero en julio de 2006 y cuyo mandato vence en dos meses.