Recortar los gastos y aumentar los ingresos. Ese es el doble y espinoso objetivo de las comunidades autónomas. Estudiando medidas de ajuste con el fin de cumplir el objetivo del déficit para este año: el 1,5% del PIB. O lo que es lo mismo, recortar entre todas casi 16.000 millones de euros.
Y realizar la reducción del déficit sin tocar servicios públicos es una ardúa tarea. Sin embargo, hay algunas que ya han tenido que echar mano de recortes en sanidad y educación: aumentando horarios a los profesores, reduciendo personal o cerrando quirófanos, imponiendo, como Cataluña con las recetas, tasas extraordinarias… Tras varios ejercicios de recortes en salarios, en plantillas o en inversiones, los nuevos sacrificios amenazan directamente al Estado de bienestar de cada comunidad autónoma.
Pero la predición para este año no es mejor. Y probablemente los ingresos se reduzcan, al menos en lo que respecta a los procedentes del Estado. Varias comunidades deberán rediseñar unos ya ajustados presupuestos.